Diseño de escenografía

Tal como desarrollamos en el apartado anterior, la escenografía escogida es limitada, al menos en términos cuantitativos. Sobre el escenario hay solamente una silla y una puerta. En cuanto a la primera, su diseño responde a dos necesidades: por un lado, su fácil manipulación debido a su forma y peso hacen que sea ideal para realizar de forma eficiente cambios escénicos veloces; por el otro, a exigencias de tipo argumental: la acción trascurre en una cocina de una casa en decadencia. En ese sentido, se optó por un mobiliario acorde a estas características.

      La puerta, por su parte, cumple un rol mucho más importante en términos de sentido ya que ella simboliza a la madre “ausente” que constantemente se nombra en el relato y se supone enferma en una habitación contigua. Para enfatizar esta cuestión, y en consonancia con el dispositivo general, la puerta es debidamente iluminada y destacada en aquellos momentos donde la madre tiene más incidencia en el relato y desaparece completamente de la vista del espectador cuando el verosímil de los personajes acepta su partida (Al respecto, en la pieza la madre no está realmente viva y el hecho de aceptar esta situación forma parte crucial de la evolución dramática que atraviesan los personajes.). En ese sentido, la puerta no solo ocupa este rol simbólico y se moverá al igual que la silla configurando distintos espacios, sino que también sobre el final de la obra cumple una función adicional. Como anticipábamos, Manu logra finalmente abandonar la casa materna luego de asumir su masculinidad y aceptar la muerte de su madre (su ausencia). En consonancia, su partida deberá coincidir con la salida de escena de la “madre-puerta” que se desmonta y es trasportada a modo de bolso de viaje. Esto produce también un fuerte cambio en la situación de Leonor que, si bien permanece en el espacio, lo hace en otros términos ya que ella también ha logrado aceptar el hecho de que su madre ya no está con ella (tanto en términos reales como en su propia psiquis como ente que le impone determinada forma de concebir el mundo y las relaciones humanas.).